Se llevaron a cabo una serie de operaciones policiales que apuntan a la distribución de propaganda islamista, contrabandistas de personas y evasores fiscales a través de Alemania.La Policía Criminal Federal (BKA) coordinó la primera operación, que involucró a 220 agentes que realizaron registros en 50 viviendas en 12 estados federales, destacando la necesidad de vigilancia contra la radicalización juvenil a través de las redes sociales.Otra operación involucró a casi 700 funcionarios y se centró en la inmigración ilegal y el crimen organizado, con importantes confiscaciones reportadas en el distrito de Neukölln en Berlín.