La cumbre climática COP30 en Belém reveló profundas divisiones al resistirse las grandes economías a compromisos clave, incluido el abandono gradual de los combustibles fósiles.El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y la ministra de Medio Ambiente Marina Silva defendieron la “Belem Roadmap to 1.5”, pero enfrentaron oposición de países como Arabia Saudita, Rusia, China e India.Pese a los avances en la deforestación, el resultado final excluyó las hojas de ruta sobre combustibles fósiles y deforestación, lo que generó críticas de la Unión Europea y ONG como Greenpeace.