En la cumbre del clima de las Naciones Unidas en Belém, Brasil, China mostró su rápido ascenso como superpotencia en energía verde mediante un gran pabellón junto al país anfitrión.Las empresas chinas destacaron inversiones y tecnologías como granjas solares en el Desierto de Gobi, almacenamiento de baterías en Sudáfrica y fabricación de vehículos eléctricos por BYD en Brasil.A pesar de estos avances, China mantuvo una postura diplomática cautelosa, oponiéndose a un aumento de la ayuda a los países en desarrollo y evitando recortes agresivos de emisiones mientras se enfocaba en intereses económicos como la eliminación de aranceles sobre exportaciones verdes.