Donald Trump y Ahmed al-Sharaa condenaron conjuntamente la mortal emboscada interna en Palmira, en la que murieron dos soldados estadounidenses y un intérprete, dejando al descubierto las graves debilidades de la frágil asociación antiterrorista entre Estados Unidos y Siria surgida tras la caída de Bashar al-Assad.Según investigadores en Washington y Damasco, un oficial del Ministerio del Interior sirio, sospechoso desde hace tiempo de simpatizar con el ISIS, abrió fuego contra un convoy conjunto antes de ser abatido, lo que provocó evacuaciones de emergencia a la base de al-Tanf, múltiples detenciones dentro de la Seguridad General y duras acusaciones de que la coalición liderada por Estados Unidos ignoró advertencias sobre la infiltración yihadista.Trump,
Pete Hegseth,
Joe Kent,
Marco Rubio,
Assaad al-Chaibani,
Tom Barrack,
Sean Parnell,
Ahmed al-Sharaa y el portavoz sirio
Nour Eddin al-Baba prometieron una dura represalia y anunciaron operaciones ampliadas contra las células durmientes del
ISIS en toda
Siria, mientras la profunda desconfianza mutua, el pasado islamista del liderazgo de Damasco y los elevados riesgos políticos amenazan con desestabilizar la nueva alianza.