Ulf Nilsson, un horticultor, argumenta en contra de rastrillar las hojas, sugiriendo que deberían preservarse como un recurso para beneficiar los céspedes y apoyar la biodiversidad.Kurt Persson, de 85 años, prefiere rastrillar las hojas en otoño pero las mantiene cerca de las raíces de los arbustos, respaldando la opinión de Nilsson, y planea compartir las hojas con su hijo.Matthew Shepherd de la Xerces Society enfatiza que dejar la hojarasca ayuda a mantener hábitats cruciales para la vida silvestre y mejora la calidad del suelo.