La primera ministra japonesa Sanae Takaichi declaró que Japón podría responder militarmente si China invade Taiwán, marcando un cambio respecto a la ambigüedad estratégica.China respondió convocando al embajador japonés y emitiendo una advertencia de viaje que causó más de 500,000 cancelaciones de viajes, afectando significativamente al turismo y a los precios de las acciones japonesas.Además, China advirtió contra las importaciones de mariscos japoneses mientras Japón interceptaba un dron chino cerca de la isla Yonaguni amid crecientes tensiones militares en la región.