El World Food Programme (WFP) ha advertido sobre una inminente catástrofe alimentaria en Nigeria ante el aumento de los ataques yihadistas y la inestabilidad, proyectando que casi 35 millones de personas sufrirán inseguridad alimentaria severa de mayo a septiembre de 2026. Los recortes en la ayuda occidental, como el desmantelamiento de la US Agency for International Development (
USAID) bajo
Donald Trump, han agravado los esfuerzos humanitarios, y la UN solicita ahora $160 millones para el noreste nigeriano.