Rory McIlroy afrontó un desafío inusual durante el Australian Open en el Royal Melbourne Golf Club cuando su bola quedó bajo una cáscara de plátano atascada en un árbol.McIlroy decidió no mover la cáscara por temor a una penalización y avanzó la bola unos metros, lo que resultó en un doble bogey en el hoyo.A pesar de este incidente y de estar nueve golpes detrás del líder
Rasmus Neergaard-Petersen, McIlroy terminó la ronda con 68 golpes y sigue en competencia con una ronda restante.