Los trabajadores de las antiguas plantas siderúrgicas Ilva en Taranto y Génova han intensificado protestas y huelgas debido a negociaciones estancadas con el gobierno sobre el futuro de la industria del acero.Los líderes sindicales Armando Palombo y Stefano Bonazzi han prometido mantener las ocupaciones de las plantas hasta que se realicen conversaciones oficiales sobre la planta de Génova, acusando al gobierno de planear en secreto cierres bajo políticas de descarbonización.El gobierno asignó recientemente 108 millones de euros de un préstamo de la UE para mantener operaciones hasta febrero de 2026, pero sindicatos y líderes opositores exigen un plan de inversión pública y propiedad pública permanente para el sector siderúrgico.