Andrew Tate y Tristan Tate enfrentaron acusaciones de tráfico sexual y sus dispositivos electrónicos fueron incautados por la US Customs and Border Protection durante su viaje a Fort Lauderdale, Florida.Paul Ingrassia, funcionario del DHS y exabogado de los hermanos Tate, intervino para solicitar la devolución de los dispositivos citando una directiva de la White House, lo que generó preocupaciones sobre interferencias en la investigación federal.