Un frágil alto el fuego se mantiene en Gaza, pero Hamas se niega a desarmarse y los ataques israelíes continúan, y los investigadores indican que maletas llenas de dinero entraron en Gaza y ayudaron a mantener tanto a Hamas como al primer ministro Benjamin Netanyahu a flote política y financieramente, tras denuncias de extorsión y del uso de hospitales y civiles como escudos humanos.Esos elementos, mientras el plan de paz de
Donald Trump obtuvo la aprobación de la
ONU en octubre, se suman a testimonios de primera mano desde
Gaza —entre ellos
Amjad, que afirma haber sido detenido y extorsionado, y el analista
Alkhatib, que documenta detenciones, palizas y la reconversión de hospitales— y cuestionan planes externos de estabilización como la
ISF y el
CMCC.