Sofie Kindahl de Gender Equality Agency enfatizó que el mercado sexual en línea en Suecia ha trasladado la explotación, la trata y las transacciones a plataformas digitales, con sitios web que ya reciben más de 100.000 visitantes suecos mensuales y permiten reseñas que a menudo objetivan a las mujeres.Lisa Kaati de Stockholm University describió el entorno como «sick», destacando la profunda vulnerabilidad de las mujeres que venden sexo en línea, y las pruebas apuntan a la implicación del crimen organizado y a servidores alojados en el extranjero que dificultan los esfuerzos policiales.En un caso de octubre de 2025, un periodista de televisión sueco fue acusado de comprar sexo tras vender los servicios de su novia embarazada, pero su procesamiento fue archivado en diciembre de 2024 por falta de pruebas, lo que resalta la vulnerabilidad de las víctimas y la intervención tardía.