António Guterres condenó un "horrible ataque con drones" que mató a seis cascos azules de Bangladés y dejó ocho heridos en una base logística de UNISFA en Kadugli, y advirtió que tales ataques contra el personal de la ONU pueden constituir crímenes de guerra.Los militares sudaneses culparon a las Rapid Support Forces (RSF) por el ataque, mientras que el Consejo de Soberanía y el líder interino de Bangladés Muhammad Yunus exigieron que se depuren responsabilidades; las RSF no hicieron comentarios de inmediato.Guterres pidió un alto el fuego inmediato para permitir un proceso político completo, inclusivo y liderado por los sudaneses, señalando que el prolongado conflicto ha provocado una crisis humanitaria catastrófica con atrocidades masivas y hambre en partes del país.