Jasmine Crockett lanzó oficialmente su campaña para el Senado de EE.UU. en Texas, enfrentando críticas inmediatas del titular John Cornyn, quien la calificó de "artista de la performance", y desafíos dentro de su propio Partido Demócrata, incluido James Talarico.Crockett, conocida por su "política basada en vibraciones" y frecuentes enfrentamientos con Donald Trump, descartó la necesidad de los votantes de Trump, abogando en cambio por movilizar a los texanos que no votan, a pesar de los datos que sugieren que los no votantes pueden ser más conservadores.Su candidatura subraya un debate interno demócrata sobre si seguir una estrategia de movilización de la base progresista anti-Trump o adoptar un enfoque más moderado para atraer a votantes indecisos y latinos culturalmente conservadores, con analistas que cuestionan su elegibilidad en las elecciones generales.