La US Border Patrol opera un programa de vigilancia masiva oculta utilizando cámaras escondidas disfrazadas de equipos de tráfico para monitorear a millones de conductores estadounidenses en todo el país.
Este programa rastrea patrones detallados de viaje mediante escaneos de matrículas y notifica a las fuerzas del orden locales cuando se detecta actividad sospechosa, lo que conduce a detenciones y registros frecuentes bajo violaciones menores de tráfico. Los defensores de la privacidad advierten que esta vigilancia extensa amenaza las libertades civiles, la libertad de movimiento y opera con limitada transparencia o responsabilidad.