Radoslaw Sikorski anunció la cancelación de una subasta de artefactos del Holocausto tras una fuerte reacción pública y quejas de sobrevivientes del Holocausto.Sikorski y Johann Wadephul coincidieron en que la subasta no debía realizarse, ya que podía haber explotado el sufrimiento de las víctimas con fines comerciales.