La administración de Donald Trump intensificó la presión sobre Venezuela al incautar el petrolero "Skipper" frente a su costa e implementar nuevas sanciones dirigidas a individuos vinculados a envíos ilícitos de petróleo, una acción que Nicolás Maduro condenó como piratería internacional.Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, y Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, confirmaron la operación como parte de los esfuerzos antidrogas, acusando al régimen de Maduro de narcotráfico y con el objetivo de cortar ingresos petroleros vitales, incluidos los de envíos realizados por Franqui Flores, Carlos Flores y Efraín Campo.Vladimir Putin reafirmó el apoyo de Rusia a Maduro, enfatizando la defensa de la soberanía de Venezuela durante una llamada telefónica al margen de la cumbre
BRICS, un intercambio que la
Casa Blanca restó importancia, afirmando que Trump no estaba preocupado.