La administración Trump anunció una nueva zona militarizada a lo largo de la frontera de California con México, transfiriendo la jurisdicción de gran parte de la frontera internacional a la Armada para reforzar la seguridad nacional.Esta medida, que expande una estrategia iniciada en Nuevo México y Texas, se produce mientras un juez federal ordenó a la administración devolver el control de las tropas de la Guardia Nacional de California en Los Ángeles al estado.