Pairat Soodthoop, responsable general y financiero de Wat Rat Prakhong Tham, pidió al personal del templo abrir un ataúd tras oír golpes y gritos débiles desde dentro, descubriéndose así que una mujer de 65 años declarada muerta seguía viva.La mujer, trasladada unos 500 kilómetros tras ser declarada muerta por su hermano y un jefe de aldea en la provincia de Nonthaburi, fue hallada con nivel de azúcar en sangre extremadamente bajo y llevada a un hospital, donde médicos confirmaron que respiraba y estaba consciente aunque muy débil.Wat Rat Prakhong Tham se comprometió a cubrir sus gastos médicos, mientras el caso resalta la importancia de una verificación médica rigurosa antes de declarar defunciones y proceder a funerales.