Anthony Albanese condenó el ataque terrorista antisemita contra la celebración de Janucá "Chanukah by the Sea" cerca de Bondi Beach en Sídney, donde hombres armados mataron al menos a once personas e hirieron a unas treinta entre aproximadamente mil asistentes judíos. La policía abatió a tiros a Naveed Akram, hirió de gravedad y detuvo a un segundo sospechoso con la ayuda de transeúntes, entre ellos Ahmed Al Ahmed, descubrió artefactos explosivos improvisados en un vehículo cercano y sigue investigando a un posible tercer cómplice mientras trata la masacre como terrorismo dirigido contra los judíos. Líderes internacionales como Benjamin Netanyahu, Ursula von der Leyen, António Guterres, Narendra Modi y el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio denunciaron la atrocidad, prometieron una protección más sólida para las comunidades judías en Australia y en el extranjero y aseguraron que Australia y sus aliados se mantendrán unidos contra el antisemitismo, el extremismo y el terrorismo.Anthony Albanese se dirigió a la nación y describió el ataque como un acto terrorista antisemita y malvado que golpeó el corazón del país y apuntó deliberadamente contra los australianos judíos en la primera noche de Janucá. Elogió el valor de la policía de Nueva Gales del Sur, de los servicios de emergencia y de los ciudadanos comunes que corrieron hacia el peligro para proteger a otros, subrayando que muchas víctimas siguen con vida gracias a sus acciones rápidas y desinteresadas. Albanese prometió dedicar todos los recursos necesarios a la seguridad de los australianos judíos, reafirmó su derecho a rezar, estudiar, vivir y trabajar en paz y pidió a la nación que permanezca unida contra el terrorismo, el extremismo y el antisemitismo, insistiendo en que no hay terror en el alma de la nación australiana.Las comunidades judías de
Australia, Israel, Suecia y otros países reclamaron una persecución más severa de los delitos de odio, una mayor protección para las sinagogas y los eventos judíos y una vigilancia constante frente a la radicalización tras la masacre de
Bondi Beach. Líderes y activistas como
Arsen Ostrovsky,
Chris Minns,
Keir Starmer,
Marco Rubio,
King Charles III y
Queen Camilla presentaron el ataque como parte de un aumento más amplio del antisemitismo mundial que exige una acción coordinada de los gobiernos y de la sociedad civil. Estados Unidos reiteró su solidaridad con
Australia, y
Marco Rubio afirmó que el antisemitismo no tiene cabida en el mundo y que Estados Unidos está junto a las víctimas, la comunidad judía y el pueblo australiano.