Las autoridades de
Australia, Canadá y Estados Unidos investigan un atentado terrorista antisemita coordinado que combinó un tiroteo masivo en la celebración "Chanukah by the Sea" en la playa de Bondi, en Sídney, con un asalto relacionado en la
Brown University, dejando al menos 16 muertos, decenas de heridos y a las comunidades judías de todo el mundo profundamente traumatizadas. Dirigentes políticos, religiosos y cívicos, entre ellos
Anthony Albanese,
Chris Minns,
Donald Trump,
Benjamin Netanyahu,
Isaac Herzog,
Emmanuel Macron,
Marina Rosenberg,
Joel Burnie,
William Daroff,
Sussan Ley,
Jillian Segal y
Julie Szego, han condenado la masacre de Bondi como un odio calculado contra los judíos, a la vez que elogian a civiles desarmados como el frutero
Ahmed al Ahmed, los socorristas de Bondi y otros transeúntes que redujeron y desarmaron a un tirador y prestaron primeros auxilios bajo un intenso fuego. En un país donde las armas de fuego son poco habituales y Bondi simboliza un estilo de vida australiano relajado, el ataque ha conmocionado a la nación, ha llenado de flores el paseo marítimo y ha impulsado a Albanese a anunciar leyes de armas más estrictas, revisiones periódicas de licencias y una Estrategia más amplia contra el antisemitismo, mientras los dolientes relatan historias de supervivencia y suplican que esta atrocidad siga siendo una aberración y no el inicio de una tendencia más oscura.