Las autoridades australianas señalan que
Naveed Akram y su padre
Sajid Akram llevaron a cabo un atentado terrorista antisemita durante una concurrida celebración de Janucá cerca de
Bondi Beach, en Sídney, donde asesinaron a dieciséis personas e hirieron a unas cuarenta, en un ataque que ha conmocionado a comunidades judías de todo el mundo. Los investigadores informan de que Sajid, de cincuenta años y con licencia de armas, fue abatido por la policía, mientras que su hijo de veinticuatro años, ciudadano pakistaní, permanece hospitalizado bajo custodia, después de que los agentes incautaran seis armas registradas, neutralizaran bombas caseras e hicieran redadas en Bonnyrigg y Campsie que descartaron la existencia de un tercer atacante. Entre las víctimas mortales y los heridos se encuentran los supervivientes del Holocausto
Alexander Kleytman y
Larisa Kleytman, el ciudadano francés
Dan Elkayam, un israelí no identificado, el rabino nacido en Londres
Eli Schlanger y el frutero
Ahmed al Ahmed, cuya intervención para desarmar a uno de los tiradores fue elogiada por
Anthony Albanese,
Benjamin Netanyahu,
Emmanuel Macron,
Isaac Herzog,
Donald Trump y otros líderes, que condenaron el ataque como un "acto de pura maldad" y prometieron apoyo a la comunidad judía australiana.